Los animales pequeños pueden ser muy curiosos y traviesos, su instinto aventurero los lleva a lugares extremos donde sus vidas pueden correr riesgo.
Esta es la historia de un travieso oso negro que se subió a un poste de electricidad en Wilcox, Arizona, EE. UU.
Afortunadamente, fue descubierto a tiempo por un empleado de una empresa de servicios públicos que rápidamente alertó a sus supervisores para que le brindaran al oso toda la ayuda que necesitaba.
El oso era un macho joven de unos 100 kilos.

Warpier Newbauer, junto con un aprendiz de la cooperativa eléctrica Sulfhur Springs Valley, fueron enviados a rescatar al animal asustado que había quedado atrapado entre cables de alto voltaje.
Cuando los rescatistas llegaron al lugar, lo primero que hicieron fue cortar la electricidad y luego idearon una estrategia para liberar al oso. Este ya había dispersado a una multitud de curiosos al descender del primer poste.
Los transeúntes y los empleados de la compañía eléctrica estaban preocupados por el destino del oso.

Con gran cautela, los empleados de la empresa se acercaron al oso desde la cesta del camión. Al respecto, Warper escribió:
Al llegar, descubrimos que el oso se encontraba en una situación muy peligrosa y podría electrocutarse en cualquier momento. Los cables que rodean la cabeza del oso tienen una alta carga de 7200 voltios. Si hubiera tocado uno de ellos, lo habría matado inmediatamente.

El oso se asustó al bajar del primer poste; el tráfico vehicular y peatonal lo hacía sentir vulnerable. Es probable que, al intentar escapar, se subiera al segundo poste, poniendo en peligro su vida.
Afortunadamente, sus rescatadores emplearon las mejores estrategias para liberarlo, Warker habló con el oso a cinco pies de distancia, también utilizó un poste de fibra de vidrio de ocho pies de largo para alentarlo a moverse.
Mientras preparábamos el camión, el oso nos observaba desde lo alto del poste, pero cuando empecé a acercarme a él en el camión, se cubrió los ojos con la pata delantera como si intentara esconderse. Cuando me acerqué, a unos dos metros, empecé a hablarle y me miró, dijo Warper.

Después de un tiempo, Warper logró colocar al oso en una mejor posición y lo obligó a bajar por su cuenta. Finalmente, el oso bajó y regresó a su hábitat.
Las autoridades informaron que esta no es la primera vez que un oso se ha topado con un cableado eléctrico en Arizona; otros han sido atropellados por vehículos. Nos alegra saber que este oso fue rescatado a tiempo y recibió el feliz atropello que merecía.
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